¿Cómo convertirse en maestro de inglés (cuando no tienes idea de por dónde empezar)?

A veces nos encontramos enseñando inglés sin haberlo planeado. Tal vez alguien nos pidió ayuda con una tarea. Tal vez empezamos a explicarle cosas a alguien en una videollamada y nos dimos cuenta de que disfrutamos el proceso. O tal vez simplemente vimos una vacante en un centro de idiomas y dijimos: “a ver qué pasa”.

Y es que el camino para convertirse en maestro de inglés no es recto. No hay una fórmula mágica ni una receta que funcione igual para todos. Pero sí hay algunos pasos y decisiones que vale la pena considerar si de verdad quieres tomar este rumbo en serio.

1. Lo primero: no necesitas haber estudiado para maestro

Este es un punto que a muchos les sorprende. Pero en la práctica, la mayoría de los centros de idiomas no exigen que tengas una licenciatura en enseñanza. Lo que buscan es que tengas un buen nivel de inglés y, sobre todo, que tengas ganas de aprender a enseñar.

Muchos centros tienen programas de entrenamiento interno. Te capacitan en cómo seguir un libro, cómo manejar un grupo, cómo estructurar una clase. Esto lo hacen porque es difícil encontrar personas que tengan las dos cosas: dominio del idioma y experiencia enseñando. Así que lo más común es encontrar gente con buen inglés que apenas va empezando como docente.

2. Necesitas comprobar tu nivel de inglés

Casi siempre te van a pedir que muestres algún certificado. En México, el más común es el TOEFL ITP. Es rápido, no es tan caro, y muchas escuelas lo usan como filtro de entrada.

Ahora bien, si ya estás considerando esto como algo más serio y no solo como un “a ver si me gusta”, yo recomiendo que pienses en una certificación como el IELTS. ¿Por qué? Porque el IELTS no solo sirve para enseñar. También puede abrirte puertas si algún día quieres estudiar una maestría, trabajar fuera del país o aplicar a una beca. Es una inversión que va más allá de solo una plaza de maestro.

3. Aprender a enseñar es otra historia

Una cosa es saber inglés. Otra muy distinta es saber enseñarlo. Y aquí es donde muchos se confían. Creen que porque hablan inglés pueden pararse frente a un grupo y explicar estructuras gramaticales o corregir errores de pronunciación. Pero no es así de sencillo.

Por eso recomiendo tomar el TKT (Teaching Knowledge Test). Es una certificación que no mide tu inglés, sino tu conocimiento sobre cómo enseñar inglés. Cómo planear una clase. Cómo adaptar el material. Cómo lidiar con diferentes tipos de alumnos. Todo eso importa, y mucho.

Aunque no tengas experiencia, un TKT dice: “ok, aún no he enseñado mucho, pero me estoy preparando en serio”.

4. No te tomes esto como un atajo

Esto no es un truco para ganar dinero rápido. No es un hack para sobrevivir la crisis. Enseñar es un trabajo serio. Es una responsabilidad real. Y si vas a pararte frente a una persona o a un grupo a hablar de inglés, necesitas hacerlo con respeto por lo que implica educar.

Es cierto que muchas personas llegan a la enseñanza por necesidad o casualidad. Pero quedarse y hacerlo bien es otra cosa. Para eso se necesita disciplina, autocrítica y una disposición constante para mejorar.

5. La enseñanza es también una forma de crecer

Algo curioso de enseñar inglés es que terminas aprendiendo tú también. Aprendes a ser más claro. Aprendes a escuchar con atención. Aprendes a tener paciencia. Aprendes a trabajar con personas que piensan distinto. Enseñar es, sin darte cuenta, otra forma de educarte.

Y si te gusta, si te hace sentido, si te despierta algo… entonces es probable que estés en el lugar correcto.

No escribo esto como una invitación bonita para que todo el mundo se convierta en maestro. Es más bien una guía para los que ya sienten curiosidad, para los que ya están en ese punto donde se preguntan: “¿será esto algo que quiero hacer en serio?”

Si tú eres una de esas personas, entonces te toca a ti tomar la decisión. Pero tómala con los ojos abiertos. No te saltes el paso de aprender a enseñar. No te conformes con solo hablar inglés. Busca formarte, prepárate, y hazlo con el compromiso que este camino merece.

Porque enseñar no es solo pararte a explicar algo. Es acompañar, retar, motivar y sostener a alguien mientras crece. Y si vas a tomar ese rol, tómalo con responsabilidad.

Anterior
Anterior

México y el inglés: ¿qué estamos haciendo mal?

Siguiente
Siguiente

Japón, inglés y el turismo