Cómo logre pensar en inglés (y cómo tú también puedes lograrlo)
“Solo piensa en inglés.”
Seguro has escuchado ese consejo más de una vez. Suena fácil, pero la primera vez que alguien me lo dijo, me quedé con cara de: “Ajá… ¿y...?”
Llevo años enseñando inglés, pero antes de ser "teacher" también fui alumno. Y por mucho tiempo intenté entender eso de "pensar en inglés", pero la verdad… no entendía cómo aplicarlo. Me sentía frustrado y que lo estaba haciendo “lento”.
Spoiler: no era yo. El problema era que nadie me explicaba cómo pensar en inglés.
Así que voy a contarte cómo lo logre, qué pasos me funcionaron y cómo puedes empezar tú también, sin presionarte y sin complicarte la vida. Vamos a empezar por qué es el conocimiento cognitivo y cómo se forma.
Conocimiento cognitivo: Es la información que almacenas en tu mente y que puedes usar de forma automática, sin tener que pensar demasiado. Se forma con la repetición y la exposición constante. Cuanto más ves, escuchas o usas una palabra en diferentes contextos, más rápido se integra en tu pensamiento. Y ese es el tipo de conocimiento que necesitas para pensar en inglés.
Pensar en inglés no es lo mismo que hablar inglés
Cuando la gente dice “piensa en inglés”, lo que en realidad quiere decir es: “deja de traducir mentalmente.” Pero claro… ¿cómo dejas de traducir si es lo único que sabes hacer?
A mí me pasaba todo el tiempo. Me preguntaban “How’s it going?” y mi cerebro hacía todo este show:
traduce la frase al español
entiende lo que te dicen
busca una respuesta correcta
tradúcela al inglés
…y cuando por fin iba a contestar, ya habían cambiado de tema.
Entonces, entendí que si quería avanzar, tenía que cambiar el enfoque. No se trataba de memorizar más listas ni de “forzarme” a pensar en inglés, sino de hacer pequeños cambios en mi día a día. Y funcionó.
Paso 1: Nombra lo que ves (en voz baja o en tu mente)
Mi primer mini-logro fue dejar de pensar en español cuando veía cosas. Por ejemplo, entraba a una habitación y empezaba a identificar los objetos en inglés:
Chair. Table. Window. Phone. Coffee. Book.
Este ejercicio tan simple me ayudó a hacer algo súper importante: conectar directamente el objeto con la palabra en inglés, sin pasar por el español. Conocimiento cognitivo. ¡Vualá!
Y lo mejor: puedes hacerlo donde sea, sin necesidad de hablar en voz alta. Literal, estás entrenando tu mente. Te recomiendo repetir la palabra unas siete veces antes de usarla en una oración personal.
Paso 2: Describe lo que haces
Una vez que ya me sentí cómodo nombrando objetos, empecé a usar verbos. Nada complicado. Solamente describía mis acciones más comunes:
Wake up. Brush my teeth. Make coffee. Drive. Work. Check my phone.
Y luego pasaba a frases sencillas: “I’m brushing my teeth.” “I’m making coffee.” “I’m driving to work.”
Lo que hacía era ir narrando mi rutina. Y sí, al principio no fluía rápido, pero con el tiempo se volvió automático. Lo importante es que te muevas mientras narras en inglés lo que estás haciendo.
Paso 3: Ten pequeñas conversaciones (si puedes con alguien más, mejor; si no, contigo mismo)
Mientras vas caminando, hazte preguntas mentales en inglés:
“What should I do after class?”
“Should I buy groceries today?”
“I think I need a break.”
No necesitas tener una conversación perfecta ni larga. Solo estás practicando tu pensamiento en inglés, como si te hablaras como amigo. Esto es clave porque aquí ya no solo estás nombrando cosas o acciones, sino que empiezas a pensar ideas y opiniones directamente en inglés.
La verdad es que a mí me ayudó mucho tener amigos que hablan inglés. Pero tener amigos bilingües sin hablarles en inglés no sirve de nada. Así que debes tener iniciativa.
También me ayudó mucho escribir. No un diario completo ni nada formal. Solo dos o tres líneas sobre mi día. Algo como:
“Today I had a lot of work. I feel tired but proud. Tomorrow I want to wake up early.”
Paso 4: Usa las palabras nuevas en frases personales
Esto es algo que aplico con todos mis estudiantes: cada vez que aprendas una palabra nueva, úsala de inmediato en una frase tuya.
Por ejemplo, si aprendes “challenge”, no repitas solo la traducción. Mejor di:
“Waking up early is a challenge for me.”
“Learning English is a challenge, but I enjoy it.”
Este tipo de frases se te quedan grabadas porque tienen sentido para ti. Dejas de ver las palabras como algo aislado y empiezas a usarlas como herramientas para expresarte. Eso, al final, es lo que te ayuda a pensar en inglés de forma natural.
Paso 5: Sé paciente y amable contigo
Pensar en inglés no pasa de un día para otro. A veces te va a salir natural, y otras veces no. No te frustres. Es parte del proceso.
Si esperas que todo te salga perfecto desde el día uno, vas a estar en guerra contigo mismo. Mejor reconoce tus avances, por pequeños que sean. Como esa vez que pensaste “What time is it?” sin traducir. O cuando entendiste algo en inglés sin darte cuenta.
Esos momentos valen más de lo que crees.
En resumen…
Pensar en inglés no es repetir frases como robot ni traducir palabra por palabra. Es hacer pequeños cambios en tu rutina diaria hasta que el inglés se vuelva parte de tu mundo interno: de cómo nombras, decides y entiendes lo que pasa a tu alrededor.
Y lo mejor: no tienes que ser nivel avanzado para empezar.
Solo necesitas práctica constante, curiosidad, y la disposición de hablarte a ti mismo.
Así que dime: ¿qué tienes frente a ti en este momento?
¿Puedes nombrarlo en inglés?
Empieza por ahí.